No, aunque parezca un mal humano muy típico del siglo XXI, el estrés afecta igualmente a las mascotas, especialmente a nuestros compañeros peludos. ¿El motivo? Puede haber muchos detonantes, pero, lamentablemente, nosotros, como dueños, solemos ser muy culpables de esto. ¿Por qué? Porque a veces no sabemos comprender sus necesidades reales o su idioma particular canino. Pero no te agobies, con un poco de ojo podrás entender las señales que te manda tu perro y actuar para mejorar su estado de ánimo y reducir su ansiedad.
Algunas señales que te darán pistas si tu mascota sufre de estrés:
- Cambios de conducta: agresividad, timidez, miedos o comportamientos poco habituales en él.
- Reacciones exageradas. Tu perro de pronto tiene reacciones más intensas que de costumbre, más emocionales y exageradas: rompe cosas, muerde, ladra mucho…
- Tics o movimientos repetitivos y compulsivos. Por ejemplo, el famoso gesto de querer cazar su propia cola sin cesar es una señal indiscutible de que algo pasa.
- Nervio, hiperactividad, rigidez muscular, jadeo excesivo e injustificado. Se le ve tenso, ansioso, no logra parar ni relajarse, está en un estado de tensión y alerta constante.
- Su curiosidad ante lo novedoso se reduce. Se muestra más asustadizo y huidizo ante cosas que no conoce, de repente le dan miedo cosas y su curiosidad natural disminuye.
- Jadea o saliva en exceso sin aparente razón o pierde pelo de forma anormal (alopecia puntual).
Ante cualquiera de estas pistas es imprescindible que tomes conciencia y actúes para remediar la situación que altera a tu perro. Como hemos dicho, hay muchos factores, pero a continuación queremos mencionar algunos de las causas más frecuentes que pueden causar estrés en tu perro:
- Una mudanza, obras en casa o un viaje: tu perro tiene que acostumbrarse a un entorno nuevo (nuevos sonidos y olores) y a algunos les cuesta más que a otros.
- Un nuevo miembro en la familia: la llegada de un bebé u otro perro a la familia altera su rutina y la “jerarquía” familiar.
- Un accidente o suceso traumático: si ha pasado algo traumático, como un accidente o un encuentro negativo con otro perro, puede que le cuesta superar esta experiencia y es importantísimo que le ayudamos a recuperar la confianza.
- Ausencia o pérdida de un ser querido: los perros también están de luto si pierden alguien querido (persona o canino) y lo pueden pasar mal si nos ausentamos durante una temporada. Recuerda que ellos no entienden ni las razones, ni la duración de nuestra ausencia extraordinaria.
- Periodos de estrés para sus humanos: los perros sienten cuando su familia no se encuentra bien y, se cierta forma, comparten el sufrimiento. Notan cuando algo no va bien y también les afecta si no les podemos dedicar el tiempo y el cariño habitual.
- Tormentas, petardos o fuegos artificiales: muchos perros rehúyen de los sonidos fuertes, les asusta y debemos estar preparados para ayudarles para sentirse seguros y protegidos.
- Falta de actividad: los perros son atletas natos y necesitan la actividad física (y mental) como el aire de respirar. Actividad pueden ser paseos, entrenos o juegos, importante es proporcionar al perro una actividad adecuada a su edad, raza y estado de salud para que se encuentre a gusto y equilibrado.
Si notas que a tu perro le pasa algo, puede que sepas las razones que le atormentan y así es posible remediarlos o puede que no identificas el origen y en tal caso siempre es un buen consejo de acudir al veterinario o al entrenador canino para buscar consejo y remedio. En el día a día, velando por su bienestar a largo plazo y el mantenimiento de su salud, puedes escoger complementos nutricionales como MOOIZA zen que le aportan un extra de la relajación que le ayudan en etapas de estrés. Por supuesto, no hay que olvidar que la alimentación es clave en todos los aspectos, así como la actividad física y la atención y cariño que le damos. Cuándo tu estado anímico decae ¿Qué te hace sentir bien? Tal vez una comida rica, una charla amena, un paseo al aire libre, el afecto de tus seres queridos, un buen descanso… Cosas sencillas que alegran a cualquiera. A tu perro, también.